domingo, 15 de mayo de 2011

Escuchando Música clásica en Rancagua

"La educación es, tal vez, la forma más alta de buscar a dios." Comienzo con esta frase de la gran escritora y maestra Gabriela Mistral, porque siento que ilustra muy bien el concierto que realizó el sábado pasado (14 de mayo) la Orquesta de Cámara de Chile, que se presentó de manera gratuita a las 19:00 horas en el "Concierto de Reapertura" de la Catedral de Rancagua.
La educación siempre está presente en los eventos de la Orquesta de Cámara de Chile, pues sus integrantes dictan cátedras en las principales universidades de nuestro país, además de ser dependientes de Consejo de la Cultura y las Artes, sobre "la forma de buscar a dios",esa es la parte que uno podría discutir, si bien no soy católico, entro gustoso a una iglesia, si es un lugar de acercamiento a la cultura y este sábado, fuimos muchos con ese pensamiento, pues con un lleno total de la iglesia Catedral se realizó el concierto.
El programa de este evento constaba en varias piezas interpretadas por la Orquesta de Cámara de Chile, dirigida esta vez por Rodolfo Fischer. Todo comenzó con la obra de Félix Mendelssohn, La gruta de Fingal también llamada Las Hébridas, que es una de las piezas más bellas de este autor (uno de mis favoritos). La potencia de la música llenó las paredes de la Catedral de Rancagua, al final todos aplaudimos la brillante presentación.
Luego correspondió el turno de la obra del alemán Richard Strauss, "Metamorfosis" para 23 instrumentos de cuerdas, escrita en la post guerra, ambientalizada por las explicaciones del director sobre las distintas melodías y motivos musicales, esta obra empezó con una melodía alegre, la que luego se tornó en una melodía muy triste, esa tristeza que se contagió, producto de la música.
Luego de un breve intermedio se continuó con la obra Imágenes para orquesta "El árbol deshojado", del chileno Andrés Maupoint, la cual posee la particularidad de haceros soñar, irnos a un mundo distinto, se notaba claramente que esta obra es de un contemporáneo.
Finalizó el concierto con la presentación de la Sinfonía Concertante KV 364 para violín, viola y orquesta con las solistas Frida Ansaldi, (violín), Oriana Silva (viola), obra compuesta por Wolfgang Amadeus Mozart. En este punto me quiero detener, pues el público movido por el desconocimiento y el entusiasmo, aplaudía entre los movimientos o para que quede más claro, en las pausas de la obra. Si bien los músicos y el director se vieron algo desconcertados, tienen que haber entendido el bajo nivel de conocimiento que poseía el numeroso público del sábado. Pero en fin, lo importante es hacer las cosas, hacerlas bien y creo que el concierto fue todo un éxito, la catedral llena, muy buenas obras y una excelente orquesta.

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